miércoles, 25 de diciembre de 2013

lunes, 23 de diciembre de 2013

Las Melodías de Nuestras Vidas: Your Love

¿ Será esto lo que sienten  nuestros hijos cuando dormimos juntitos ?

"A medianoche me despierto y estás a mi lado
me acaricias y tranquilizas,
transformando la oscuridad en luz.

" Me despierto y te veo como antes
mi corazón late muy fuerte por encontrarte cerca
por sentirte muy cerca una vez más
por sentir tu amor una vez más

Tu respiración me fortalece
aunque la vida nos separe
ahora cuando la noche parece eterna
tu amor brilla en mi corazón...

Tu amor brilla en mi corazón"


sábado, 21 de diciembre de 2013

Solsticio de invierno ( Yule )




El solsticio de invierno señala el día más breve y la noche más larga del año. Muchas culturas celebran de manera especial  este momento de renacimiento,  a partir del cual la luz del sol comienza a aumentar de nuevo. 

En el antiguo Egipto, aproximadamente en el 5000 ac, se celebraba el nacimiento de Horus, el Rey Sol. Los Sumerios celebraban el nacimiento de Mitra y los romanos honraban a saturno 

Los celtas,  intimamente ligados a la naturaleza y sus ritmos, celebraban el solsticio de invierno con la llamada festividad de Yule. En ella renace de nuevo el dios sol fruto de la unión entre la Diosa Madre y el dios Bel en Beltane. El  nuevo dios crecerá y se convertirá de nuevo en consorte de la diosa, para fecundar a la tierra, muriendo de nuevo en samahin, con el fin de la cosecha y volviendo a renacer en Yule. Se ponen así de manifiesto los ciclos de la naturaleza y su perfección ,  el equilibrio entre luz y oscuridad, mostrándonos que,  tras cada  final o muerte ,  siempre hay un nuevo comienzo. El invierno no es tristeza o muerte, sino el  preludio de la primavera, del florecimiento de la vida en la tierra. 

En Yule, los celtas , quemaban durante 12 horas,  un tronco grande, normalmente de pino o roble y guardado desde el Yule anterior. El druida encargado de dirigir el ritual, seleccionaba cuidadosamente el tronco comunicándose con los árboles , para pedirles permiso y saber cual era el adecuado para ser el leño de Yule. Una vez elegido, se le tallaban símbolos referentes al renacimiento, lo masculino y el sol . Una vez decorado, se procedía al ritual de quemarlo durante 12 horas y a esparcir sus cenizas para fertilizar la tierra. 

Acostumbraban también a adornar un árbol con cintas y guirnaldas, como símbolo de esperanza para los árboles que en invierno no tenían hojas. 

Esta festividad, al contrario que otras, estaba más dedicada a la meditación, sobre la oscuridad, la "muerte" y el renacer de la luz y la vida. También de análisis personal y espiritual, para renacer después de rectificar o eliminar lo que se considere oportuno de lo vivido durante el año. Esto es lo que simboliza la quema del leño. 

Para los druidas, el Yule, era también un momento importante a nivel de poder energético, ya que toda la energía del año anterior moría y renacía de nuevo, lista para ser aprovechada en diversos rituales para conseguir cosechas de calidad. 

¿ Qué actividades se pueden realizar en Yule ? 

Los antiguos celtas adornaban las casa, tanto por dentro como por fuera,  con Hiedra, acebo y muérdago para proteger a los moradores de la misma y evitar visitas indeseadas.

Los colores empleados para los adornos eran el  rojo, como símbolo del nacimiento (por su asociación con la sangre del parto), y el verde, símbolo de la tierra, porque,  al empezar los días a ser más largos, era  cuando comenzaba a resurgir la vida en la tierra.

Las manzanas y las piñas eran otros elementos simbólicos utilizados para la ocasión,  representando  la vida después de la muerte y la fertilidad, respectivamente. 


Nosotros, hemos adornado la casa con piñas y hiedra. Esta noche encenderemos unas velas en círculo y pensaremos sobre lo que debemos desterrar y lo que deseamos para el nuevo año. 

Beberemos vino caliente especiado ( Glühwein ) y comeremos stollen 

Y, como somos muy madrugadores, mañana al amanecer saldremos al jardín para recibir al " Dios Sol " . 

Por la red hay distintos rituales que se pueden realizar. A mi me ha gustado este propuesto por una ciberamiga:  http://celebrandolas13lunas.blogspot.com.es/2013/12/ritual-de-yule.html

¡ Feliz Yule !



Fuentes: 

http://algomasquemagia.jimdo.com/navidad-celta-yule/

http://bosquewiccano.myartsonline.com/yule.html

http://es.wikipedia.org/wiki/Fiesta_de_Yule




miércoles, 18 de diciembre de 2013

Tres años de amor



Hoy es el tercer cumpleaños de mi precioso Gael. Como siempre que alguno de mis hijos cumple años, se remueven mil y una sensaciones y sentimientos, pero este año, el cumpleaños de Gael lo estoy viviendo con mayor intensidad. Por un lado con la felicidad de ver a mi hijo crecer y convertirse en un niño maravilloso, recordando los salvajes momentos de su nacimiento, el empoderamiento y la felicidad por su mágica llegada a nuestras vidas. Por otro lado, con cierta nostalgia por lo rápido que pasa el tiempo y tratando de disfrutarlo sin perderme ni un instante. 

Además, en estos días, no puedo dejar de recordar a dos lindos bebés que decidieron marcharse, fisicamente, demasiado pronto para quienes nos quedamos aquí. El pequeño Kai, hijo de Paloma de Paideia en familia, con cuya mamá compartí embarazo. Y mi querido Daniel, el niño del amanecer de mi amiga del alma, Carmen, nacido hace un año, rodeado del amor de su familia y que se despidió del mundo físico en brazos de su mamá. Hoy, en mi corazón hay también  un lugar muy especial para ellos. 

Esta mañana Gael se ha despertado muy temprano, pero lejos de molestarme, me he sentido muy afortunada de poder compartir ese ratito a solas con él. Poco después he recibido un precioso mensaje de mi amiga Sofia, quien nos acompañó el dia de su nacimiento,  que me ha hecho llorar de emoción. 

Cada año, recuerdo con intensidad los días previos al nacimiento de Gael, las ilusiones, la incertidumbre y el gran momento. Me gusta compartir el relato de su nacimiento  , pero este año además, me gustaría dejar aquí las palabras de su padre hace un año: 

 ¡ Hoy hace dos ( tres ) años que nació mi segundo hijo !.  

No encuentro palabras para explicarles lo que sentí en esos momentos. 

Todo mi cuerpo se inundó de felicidad hasta tal punto que no tenia control sobre él. Mis ojos querían llorar, mis labios mostraban una amplia  sonrisa y me era imposible volverlos a su sitio. 

No tenía control sobre mis manos y brazos. Quería levantar el izquierdo y se movía el derecho. Mis piernas querían salir corriendo por toda la urbanización y mi corazón  quería gritar a los cuatro vientos ¡¡ YA VIENE¡¡ !! ¡¡YA VIENE !!   ¡¡ MI HIJO ESTA A PUNTO DE NACER !!. 

 Mi mujer me  sujetaba las manos y me las apretaba mas fuerte en cada contracción, y yo,  sentía como mi cuerpo se estremecía con el suyo. Luego se agarró a mi cintura mientras yo le acariciaba el pelo y le daba ánimo y fuerzas para continuar. En esos momentos sentí como mi cuerpo se fundía con el suyo. Entonces fuimos uno y segundos después fuimos tres. Nació mi segundo principito, Gael . 

Con mucho amor, 

Salvador


¡¡ Felicidades principito  de nuestras vidas !! 

Jasmin

martes, 17 de diciembre de 2013

La Navidad Interior ( Laura Gutman )



En estos tiempos de crisis económica, en los que tantas familias pasan penurias para llegar a fin de mes, y no digamos para poder comprar un regalo de navidad, quizás deberíamos replantearnos el verdadero sentido de estas fiestas.  La importancia de estar en familia, de recuperar la magia y de disfrutar de los pequeños detalles realizados con amor . Personalmente, lo que más recuerdo de las Navidades de mi infancia, no son los regalos, sino los momentos vividos, el tiempo que nos dedicabamos y los reencuentros con mi padre . 
 En su Newsletter de Diciembre de hace ya unos años, Laura Gutman nos habla de esto. He querido rescatarlo para el blog,  porque nunca está de más recordar que hay otras formas de vivir la navidad 

La Navidad interior

Las postales de Papá Noel bajando por las chimeneas, cargado de regalos y mojado de nieve, se derriten en nuestros recuerdos y reaparecen en los vestigios de ingenuidad de nuestra infancia. Era un tiempo donde la ilusión duraba un año entero. Las noches se perpetuaban mientras escribíamos nuestras cartas con esmero, esperando que ese ser mágico vestido de rojo atienda nuestros anhelos. Y en esas cartas a veces escribíamos “que mi madre no sufra más”, “por favor, que mi padre deje la bebida” y también “quisiera un hermoso vestido”. Claro que había pedidos de regalos costosos, imposibles de ser adquiridos por personas de carne y hueso como los padres de uno. Por eso el pedido era fascinante. Si por casualidad se cumplía, era por gracia de un ser superior.

Más allá del sentido religioso que podía tener para las personas mayores, la Navidad era una fiesta para los niños, porque todo brillaba como en un cuento de hadas. Era el momento de cumplir algún sueño, se respiraba alegría y esperanzas y hasta teníamos la fantasía de que todos éramos un poco más buenos. Y la alegría era inmensa al recibir finalmente un regalo. Uno. Inolvidable.

Hoy la magia seguramente tiene más relación con Internet que con descubrir a Papá Noel depositando los regalos en el árbol de Navidad. Los hechizos duran apenas unos segundos mientras nos apabulla la publicidad en la televisión. El consumo desenfrenado nos somete a comprar y comprar y comprar muchos regalos costosos para llenar el árbol de Navidad, y quizás para sentir que no estamos tan solos. Regalos para los niños, para los grandes, para los ancianos, para los vecinos, para los sobrinos y los nietos y las nueras y los yernos y los hermanos. Todos compramos muchos regalos y usamos nuestras tarjetas de crédito hasta el límite, para cumplir un ritual de hartazgo de juguetes y ropas y zapatos y electrónica y ordenadores y vacaciones y objetos de todo tipo.

Los niños entonces entienden que de eso se trata la Navidad. Pretendemos recordarles que festejamos el nacimiento del Niño Jesus pero esa idea la podemos sostener apenas unos instantes. Luego, queremos saber quién regaló qué cosas, quien se olvidó, quien cumplió con todos, cuántos regalos recibieron nuestros hijos y si nuestra familia ha sido justa en la repartición de los obsequios. También comemos con exageración. Y brindamos y bebemos más que de costumbre. Y a la cama.

Posiblemente cuando nuestros hijos sean mayores, no recuerden nada especial en relación a las Noches de Navidad. Porque se convirtieron en cenas algo más fastuosas, a las cuales arribamos agotados tras recorrer centros comerciales, endeudados y hartos de todo. Es posible que algo de toda esta vorágine nos deje una sensación de sin sentido cuando se supone que debería ser una época relativamente feliz. 

Quizás podamos hacer pequeños movimientos que nos satisfagan más y sobre todo que llenen de sentido esa noche tan especial, a través del acercamiento y del contacto emocional con las personas que amamos. Tal vez podamos volver a cierta intimidad, reunirnos con pocas personas muy allegadas y regalar a cada uno un escrito colmado de agradecimientos por cada una de las actitudes que han tenido con nosotros. Si nos atrevemos  podemos ofrecer una poesía cariñosa. Incluso preparar la comida preferida para algunos. O el pastel que más disfrutan otros. Y para los niños, claro que habrá algo fuera de lo común, algo soñado, esperado, imaginado y en lo posible no muy caro.  Los niños tienen derecho a recibir una carta llena de afecto de su madre o su padre. Unas palabras que nombren lo orgullosos que sus padres están de él. Y una hermosa carta escrita por Papá Noel felicitándolos por sus virtudes, firmada con letra dorada. Puede haber una canasta con nueces, golosinas y chocolates. Un álbum de fotos o una carpeta con dibujos que los niños han hecho siendo niños y que Papá Noel encontró entre sus tesoros. Alguien puede regalar un breve concierto de piano o una pieza tocada en flauta dulce. Otros pueden ofrecer cantar una canción o enseñarla a grandes y pequeños y luego cantarla en canon todos juntos. Podemos sacar los álbumes de familia y mirar fotos viejas durante horas, recordando qué jóvenes éramos todos y los niños descubriendo a sus abuelos con cabello, a sus padres siendo ridículamente niños y a novios y novias que quedaron en el olvido. Hay familias donde quizás se atrevan a danzar una danza circular alrededor de la mesa. En otros ámbitos será divertido ofrecer a los comensales dos minutos de tiempo para pedir un deseo en voz alta, de modo que todos estemos comprometidos y se haga realidad. Podemos jugar a que sean los niños quienes sirven los platos y quienes nos dicen por una vez que tenemos que sentarnos bien a la mesa y comer en silencio. Y desde ya, podemos hacer silencio. Pensar. Meditar. Rezar. Ponernos las manos en el corazón. Darnos cuenta que estamos juntos.

La Navidad que cada uno de nosotros vive puede volver a ser mágica. Todos nosotros estamos en condiciones de ofrecer a los niños pequeños una noche especial, fuera de lo común, llena de sorpresas y de encanto. Es una sola noche al año. Todas las demás noches estamos cansados, hartos de nuestra rutina, enfadados con los niños y enfadados con los mayores. Y ese hastío, no hay juguete que lo transforme.

Se trata de recordar lo más suave de nuestras navidades infantiles y convertirlas en una realidad en tiempos actuales, con más dinero, más objetos y más confort, pero agregando mayores recursos interiores.

Laura Gutman

lunes, 16 de diciembre de 2013

Las Melodías de Nuestras vidas: Más que palabras....

More than words, más que palabras. Qué decir de esta canción que fue  una de las  elegidas para sonar en  un día de los más bonitos y especiales que he vivido, el día de mi boda..... .




Decir "Te quiero"
no son las palabras 
que quiero escuchar de ti.
No es que no quiera que 
me lo digas, pero 
si solo supieras
cómo de fácil
sería mostrarme cómo te sientes.

Más que palabras
es todo lo que tienes que hacer,
para convertirlo en realidad,
entonces no tendrías que decir
que me quieres
porque ya lo sabría.

¿Qué harías si mi corazón estuviera partido en dos?
Mas que palabras para mostrar que sientes
que tu amor por mí es real.

¿Qué dirías si yo me llevo esas palabras?
Entonces no podrías empezar de nuevo
solo diciendo "Te quiero".
Más que palabras.

Ahora que he intentado
hablarte y hacerte entender,
todo lo que tienes que hacer es
cerrar tus ojos y simplemente soltar tus manos
y tocarme,
sostenerme fuerte, nunca dejarme ir.

Más que palabras
es todo lo que siempre necesité que mostraras.
Entonces no tendrías que decir
que me quieres,
porque yo ya lo sabría.

¿Qué harías si mi corazón estuviera partido en dos?
Más que palabras para mostrar que sientes
que tu amor por mí es real.
¿Qué dirías si yo me llevo esas palabras?
Entonces no podrías empezar de nuevo
solo diciendo "Te quiero".

martes, 10 de diciembre de 2013

Las Melodías de Nuestras Vidas : I was born to love you

La música de Queen me acompaña desde muy pequeña. Ha sido y es una de mis formaciones musicales preferidas. Reconozco que la estética de algunos de sus videoclips me resulta un pelín horterilla, pero escuchando la portentosa voz de Freddie Mercury , acompañado por esa magnífica banda , se me olvida ese detalle y disfruto mucho de sus canciones. Esta en concreto me gusta especialmente por su título, " Nací para amarte ", pero además me trae preciosos recuerdos de mi época universitaria, cuando por las mañanas iba a clase en el autobús escuchando, cómo no , Queen, viendo salir el sol sobre el mar . Toda una inyección de energía para comenzar el día con alegría . ¡ Feliz Semana !

 
 


Nací para amarte 
Con cada latido de mi corazón
Sí, nací para cuidarte
Cada día 
De acuerdo
Hey hey

Nací para amarte con cada latido de mi corazón
Sí, nací para cuidar de tí cada día de mi vida

Eres la única para mí y soy el hombre para tí
Estás hecha para mí, eres mi éxtasis
Si tuviese la oportunidad mataría por tu amor
Así que dame una oportunidad, déjame tener un romance contigo
Estoy atrapado en un sueño y mis sueños se hacen realidad
Es tan difícil de creer que esto me esté ocurriendo
Un sentimiento maravilloso está surgiendo

nací para amarte con cada latido de mi corazón
Sí, nací para cuidar de tí, cielo, cada día de mi vida

Quiero amarte, me gusta cada pequeña cosa de tí
Quiero amarte, amarte, amarte
(Nacido) para amarte (nacido) para amarte, sí, (nacido) Nací para amarte
(Nacido) para amarte (nacido) para amarte cada día de mi vida
Nací para cuidar de tí cada día, día, día de mi vida

Un sentimiento maravilloso está surgiendo
Nací para amarte con cada latido de mi corazón
Yeah, Nací para cuidar de tí cada día de mi vida
Sí, nací para amarte
Cada día
De mi vida

Te quiero baby
Yeah
Nacido para amarte
Sí, nací para amarte
Hey
Quiero amarte, amarte, amarte
Quiero amarte
Yeah Yeah
Aha es mágico
Estoy tan solo, solo, solo, yeah
Quiero amarte
Es mágico
Amarte
Yeah, dámelo.

domingo, 8 de diciembre de 2013

La Flor más Grande Del Mundo ( José Saramago )

Hoy me gustaría compartir con vosotros este precioso cuento que en casa no encanta por valorar lo sencillo, la humildad y la grandeza de las cosas más pequeñas.

Espero que os guste

¡ Feliz Domingo !





¿Y si las historias para niños fueran de lectura obligatoria para los adultos? ¿Seríamos realmente capaces de aprender lo que, desde hace tanto tiempo, venimos enseñando?

Las historias para niños deben escribirse con palabras muy sencillas, 
porque los niños, al ser pequeños, saben pocas palabras y no las 
quieren muy complicadas. Me gustaría saber escribir esas historias, 
pero nunca he sido capaz de aprender, y eso me da mucha pena. 
Porque, además de saber elegir las palabras, es necesario tener 
habilidad para contar de una manera muy clara y muy explicada, y 
una paciencia muy grande. A mí me falta por lo menos la paciencia, 
por lo que pido perdón.

Si yo tuviera esas cualidades, podría contar con todo detalle una historia preciosa que un día me inventé, y que, así como vais a leerla, no es más que un resumen que se dice en dos palabras… Se me tendrá que perdonar la vanidad de haber pensado que mi historia era la más bonita de todas las que se han escrito desde los tiempos de los cuentos de hadas y princesas encantadas…


i yo tuviera esas cualidades, podría contar con todo detalle una historia preciosa que un día me inventé, y que, así como vais a leerla, no es más que un resumen que se dice en dos palabras… Se me tendrá que perdonar la vanidad de haber pensado que mi historia era la más bonita de todas las que se han escrito desde los tiempos de los cuentos de hadas y princesas encantadas…
¡Hace ya tanto tiempo de eso!

En el cuento que quise escribir, pero que no escribí, hay una aldea. (Ahora comienzan a aparecer algunas palabras difíciles, pero quien no las sepa, que consulte en un diccionario o que le pregunte al profesor.)
Que no se preocupen los que no conciben historias fuera de las ciudades, ni siquiera las infantiles: a mi niño héroe sus aventuras le esperan fuera del tranquilo lugar donde viven los padres, supongo que también una hermana, tal vez algún abuelo, y una parentela confusa de la que no hay noticia.
Nada más empezar la primera página, sale el niño por el fondo del huerto y, de árbol en árbol, como un jilguero, baja hasta el río y luego sigue su curso, entretenido en aquel perezoso juego que el tiempo alto, ancho y profundo de la infancia a todos nos ha permitido…
Hasta que de pronto llegó al límite del campo que se atrevía a recorrer solo. Desde allí en adelante comenzaba el planeta Marte, efecto literario del que el niño no tiene responsabilidad, pero que la libertad del autor considera conveniente para redondear la frase. Desde allí en adelante, para nuestro niño, hay sólo una pregunta sin literatura: “¿Voy o no voy?” Y fue.
El río se desviaba mucho, se apartaba, y del río ya estaba un poco harto porque desde que nació siempre lo estaba viendo. Decidió entonces cortar campo a través, entre extensos olivares, unas veces caminando junto a misteriosos setos vivos cubiertos de campanillas blancas, y otras adentrándose en bosques de altos frenos donde había claros tranquilos sin rastro de personas o animales, y alrededor un silencio que zumbaba, y también un calor vegetal, un olor de tallo fresco sangrado como una vena blanca y verde.
¡Oh, qué feliz iba el niño! Anduvo, anduvo, hasta que los árboles empezaron a escasear y era ya un erial, una tierra de rastrojos bajos y secos, y en medio una inhóspita colina redonda como una taza boca abajo.
Se tomó el niño el trabajo de subir la ladera, y cuando llegó a la cima, ¿qué vio? Ni la suerte ni la muerte, ni las tablas del destino… Era sólo una flor. Pero tan decaída, tan marchita, que el niño se le acercó, pese al cansancio.

Y como este niño es especial, como es un niño de cuento, pensó que tenía que salvar la flor. Pero ¿qué hacemos con el agua? Allí, en lo alto, ni una gota. Abajo, sólo en el río, y ¡estaba tan lejos!…
No importa.
Baja el niño la montaña,
Atraviesa el mundo todo,
Llega al gran río Nilo,
En el hueco de las manos recoge
Cuanta agua le cabía.
Vuelve a atravesar el mundo
Por la pendiente se arrastra,
Tres gotas que llegaron,
Se las bebió la flor sedienta.
Veinte veces de aquí allí,
Cien mil viajes a la Luna,
La sangre en los pies descalzos,
Pero la flor erguida
Ya daba perfume al aire,
Y como si fuese un roble
Ponía sombra en el suelo.

El niño se durmió debajo de la flor. Pasaron horas, y los padres, como suele suceder en estos casos, comenzaron a sentirse muy angustiados. Salió toda la familia y los vecinos a la búsqueda del niño perdido. Y no lo encontraron.

Lo recorrieron todo, desatados en lágrimas, y era casi la puesta de sol cuando levantaron los ojos y vieron a lo lejos una flor enorme que nadie recordaba que estuviera allí.
Fueron todos corriendo, subieron la colina y se encontraron con el niño que dormía. Sobre él, resguardándolo del fresco de la tarde, se extendía un gran pétalo perfumado, con todos los colores del arco iris.
A este niño lo llevaron a casa, rodeado de todo el respeto, como obra de milagro.Cuando luego pasaba por las calles, las personas decían que había salido de casa para hacer una cosa que era mucho mayor que su tamaño y que todos los tamaños.

Y ésa es la moraleja de la historia.
Éste era el cuento que yo quería contar. Me da mucha pena no saber narrar historias para niños. Pero por lo menos ya conocéis cómo sería la historia, y podréis explicarla de otra manera, con palabras más sencillas que las mías, y tal vez más adelante acabéis sabiendo escribir historias para los niños…
¿Quién me dice que un día no leeré otra vez esta historia, escrita por tí que me lees, pero mucho más bonita?…

JOSÉ SARAMAGO

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