http://www.elmundo.es/elmundosalud/2009/08/01/mujer/1249081691.html
LA OMS CELEBRA LA SEMANA DE LA LACTANCIA
YAIZA PERERA
MADRID.- Con los ojos aún cerrados y el cuerpo tembloroso por el parto, un recién nacido busca el pecho de su madre cuando le dejan refugiarse sobre su piel. Sabe cómo alimentarse. El líquido que fluye de ella es su mejor fuente de vida: le nutre, refuerza su sistema inmunológico, le reconforta. Él lo sabe por instinto. La OMS, que celebra desde hoy hasta el 7 de agosto la Semana Mundial de la Lactancia Materna, la Asociación española de Pediatría o la UNICEF, por convicción científica. Según sus recomendaciones, es el alimento ideal para un bebé hasta los seis meses de vida. Entonces, cuando comiencen a introducirse nuevos alimentos a su dieta y hasta el año, debería ser la base de su dieta. ¿Y luego? No hay normas, no hay fechas. La lactancia natural puede prolongarse hasta que el niño y su madre lo deseen.
Désireé Sanz y su hija Yaiza se unieron con este lazo hace ya ocho años. Y siguen deseando mantenerlo. Durante su primer embarazo, con 21 años, esta joven vasca confiesa que el tema de la lactancia no le "interesaba demasiado", no era algo en lo que pensara. Su idea, recuerda, era "amamantar hasta el año", como hizo su madre y su abuela. Pero el 1 de junio de 2001 Yaiza nació y se aferró a su pecho. Cuatro años después, un 8 de julio, la pequeña Alexia lo hacía también. Es la denominada lactancia en tándem (dar de mamar a más de un hijo a la vez) y prolongada.
Yaiza, que en septiembre comienza tercero de primaria, toma leche materna por la noche, "un rato después de cenar", aunque su madre intuye "que el destete está cada vez más cerca". "Hay días que ni se acuerda", asegura Désireé con cierta melancolía. La pequeña, de cuatro años, "hace dos-tres tomas diarias". De vez en cuando aún toman el pecho juntas y bromean -"ven Alexia, le aconseja la mayor- que esta leche está más dulce". Su madre sonríe y su padre, respira. Cuando maman es uno de los escasos momentos de tranquilidad en esta casa invadida de risas, juegos y charlas infantiles interminables.
Aún hoy, esta castellonense de adopción (vive desde los 12 años en Vinaroz) recuerda el primer día que compartieron las dos su regazo: "Yaiza, con cuatro años, cogió la manita de su hermana recién nacida la miró con mucha dulzura y la acarició". Ella se dejó guiar por el instinto en una época en la que la cultura del biberón se había hecho fuerte. "Vale la pena intentarlo, es lo natural, no se puede equiparar con la mejor leche artificial". Lo ratifica el Comité de Lactancia materna de la AEP en su página web: La leche materna aporta todos los nutrientes al bebé, refuerza su sistema inmunológico y ayuda a protegerle de enfermedades presentes (catarros, neumonía, diarreas,...) y futuras (alergias, asma, obesidad, diabetes,...), disminuye la mortalidad infantil y fomenta el desarrollo intelectual. También tiene beneficios para la mujer y fortalece la relación afectiva.
Désireé habla y actúa desde el respeto. Hacia sus hijas -"serán ellas quienes decidan cuándo quieren dejar de tomar el pecho"- y hacia las madres que no quieran amamantar -"cada mujer es dueña de sus decisiones en crianza"-. El dar de mamar es un derecho, no se impone. Pero en lo que coinciden los defensores de la lactancia es que la mujer tiene que estar informada para tomar una decisión libremente. Y en eso el apoyo profesional y social representa un papel básico.
Desirée, que hubiese querido tener cinco hijos, trata de orientar a las madres que desean amamantar a sus hijos. Lo hace desde su propia web Maternidad Instintiva y también desde el foro del Comité de Lactancia de la AEP, donde pueden responder a las dudas tanto expertos de la asociación como otros padres.
Apoyo e información, claves para fomentar la lactancia
En los últimos años, el biberón ha ido perdiendo posiciones a favor de la lactancia materna. Pero aún el porcentaje de niños que siguen tomando leche materna más allá de los seis meses es muy reducido. Según la última Encuesta Nacional de Salud del 2006 del Instituto Nacional de Estadística, en España el 68,4% de los bebés reciben lactancia materna exclusiva al mes de vida, el 52,4% continúan así a los tres meses y sólo un 24,7% lo hacen a los 6 meses. "Estos datos están muy por debajo de ser la situación ideal para el desarrollo de nuestros niños pensando en la influencia de la lactancia materna en su vida de joven y adulto como prevención de enfermedades frecuentes y graves", explica Concepción de Alba Romero, neonatóloga del Hospital madrileño 12 de Octubre y desde hace cuatro años miembro del comité de lactancia materna en ese mismo centro sanitario.
Cualquier mujer puede ser capaz de alimentar a su hijo exclusivamente con su leche y las causas que contraindican la lactancia materna (algunas enfermedades, como puede ser el sida o medicamentos, como los tratamientos contra el cáncer.) son casi excepcionales, asegura el Comité de Lactancia Materna de la AEP. Y si surgen dudas. Los profesionales sanitarios cuentan una herramienta de gran utilidad para averiguar la compatibilidad de una medicación con la lactancia: la web e-lactancia.org creada por el servicio de pediatría del Hospital de Denia (Alicante).
¿Por qué entonces, si es el mejor alimento para el bebé, las madres deciden dejar de dar el pecho ? "Al principio el destete suele producirse por la falta de confianza, el dolor o grietas y el uso de suplementos. A los 3-4 meses, por la vuelta al trabajo", responde De Alba mostrando a su vez el camino para invertir esa tendencia. "Apoyo e información a las madres" que borren de la memoria colectiva esos "mitos, ideas preconcebidas y hábitos de alimentación infantil que son considerados adecuados tanto por los padres como por los sanitarios".
La reincorporación de la mujer a su puesto de trabajo a las 16 semanas de dar a luz, la aceptación general de las leches de fórmula y, en ocasiones, la presión social precipitan el abandono de la lactancia. Justo en el otro lado se posicionan, con una mano tendida, los grupos de apoyo que se reparten por todo el país con el objetivo de facilitar información a los padres y brindarles un lugar donde compatir experiencias. Han asumido el papel de las madres que antaño transmitían el arte de amamantar. Inmaculada Mellado, se cretaria de La Liga de la Leche en España y monitora desde hace cuatro años, explica que muchas mujeres acuden a las reuniones en busca de "compresión" porque allí "no se sienten juzgadas y pueden expresar sus sentimientos".
Información contra las críticas
Las madres que consiguen dar el pecho a sus hijos durante varios años tienen que lidiar en no pocas ocasiones con la incomprensión social. "Tenemos casi que mantenerlo en secreto", se lamenta Desirée tras años de escuchar críticas. Su marido, Sergio, y su suegra le brindan apoyo incondicional pero de aquellos que cuestionan su forma de crianza se defiende con un arma infalible: de nuevo, la información. Su estrategia para rebatir las críticas fue argumentar los beneficios probados de la lactancia y remitirse a los hechos: dos hijas sanas física y emocionalmente. Así uno a uno, Desirée, desde hace tiempo muy interesada en la Psicología, fue desmontando los argumentos de quien la cuestionaba y ahora, ocho años después "le dejan hacer lo que crea oportuno".
Las críticas a la lactancia prolongada surgen por "desconocimiento de los beneficios a largo plazo y a veces prejucios sin fundamento", asegura la doctora de Alba. De las numerosas conversaciones de Inmaculada Mellado con otras madres -ella tiene un niño de siete años y un bebé de 16 meses-deduce que "se trata de una tema cultural. Las críticas suelen venir de personas jóvenes o de mediana edad, justo aquellas que crecieron con el boom del biberón, mientras que los elogios suelen venir de las personas mayores que viven con regocijo la vuelta a las prácticas que ellas mismas disfrutaron". "El patrón de duración de lactancia en los humanos hasta hace menos de 100 años y todavía hoy en sociedades no contaminadas por la civilización predominante ha sido de tres a cuatro años con variaciones entre el año y los siete o más años", recuerda la AEP.
Ajenas a los prejuicios, Yaiza y Alexia "ven con naturalidad" su amamantamiento, aunque ambas lo perciben como un momento de intimidad. En estos ocho años, Desirèe sólo se planteó en serio el destete por agotamiento cuando sus hijas tenían dos años. "A estas alturas tengo clarísimo que serán ellas quiénes decidan cuándo ha llegado el momento del destete. Hay quien me pregunta si es que quiero batir un Récord Guinness. Nada más lejos de la realidad. Creo que el mejor regalo que puedo hacerles es esperar a que ellas digan que ya no quieren más. Porque eso significará que han tomado pecho hasta que ellas lo han necesitado, nutritiva y emocionalmente".
Formación de los profesionales sanitarios y apoyo e información a las madres desde el embarazo. Esas parecen ser las claves para hacer despertar el instinto natural de lactancia. Ya ha empezado a hacerlo. En el Hospital 12 de Octubre se percibe el cambio. Cuando las madres se van de alta con su bebé el 90% le dan el pecho. "Las prácticas hospitalarias alrededor del embarazo, parto y nacimiento del niño están cambiando y a nivel social la difusión de los beneficios científicos de la lactancia está llegando de una manera clara", se felicita Concepción de Alba, quien insiste en que "la lactancia siempre es beneficiosa". La leche materna no tiene fecha de caducidad. Para Inmaculada Mellado, de La Liga de la Leche, "lo ideal sería que fuese el bebé quien decidiera cuándo dejar de mamar, pero hay tantas formas de destete como parejas madre-hijo/a". O tríos. Y en el que forman Desirèe, Yaiza y Alexia no hay duda de quién tendrá la última palabra.
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